Su mujer le ha dicho que «hay que» ir a por pan pero él no se ha dado por aludido
Ahí está leyendo un libro a pesar de que su mujer le ha dicho que «hay que» ir a por el pan, pero él no se da por aludido. En su interior está pensando «si la petición hubiera sido dirigida a mí me lo hubiera dicho, pero al decir <hay que> entiendo que puede ser cualquiera de los dos».
«De momento voy a terminar este capítulo tan interesante que no puede parar de leer, y cuando acabe quizás aclare esta situación». La realidad es que terminará tan interesante que no va a poder evitar empezar uno nuevo, y entonces llegará su mujer y le dirá «¿Qué haces? ¿No te he dicho que hay que ir a por pan?».
Él intentará explicar que nunca personalizó en la petición, pero ya servirá de poco porque el lío estará montado.