Las editoriales de libros de texto reconocen que se inventan datos para cambiarlos todos los años
En un pais donde no se ha conseguido pactar una ley educativa que perdure en el tiempo, y cada ciclo político tiene su propia reforma educativa, las grandes empresas de los libros de texto, han visto un filón para renovar constantemente los materiales escolares, y mejorar sus cuentas de resultados año si y año también.
«Es una pasada» comenta un directivo editorial, que prefiere preservar su anonimato «Los políticos están tan obcecados en ideologizar la educación, que ni se fijan en los contenidos. Si hasta nos inventamos asignaturas! Los padres compran los libros de materias que sus hijos ni siquiera cursan. Y nosotros tan contentos.»
Reescriben la historia, cambian las tablas de multiplicar, han editado un libro de lengua élfica como optativa para la ESO, se inventan elementos de la tabla periódica «En la ultima prueba de selectividad preguntaban por el peso atómico del Fulgencio. Le pusimos así por el de contabilidad que es muy pesado». Afirman que continuarán haciéndolo mientras las cosas continúen así, y auguran larga vida al formato papel, porque con las nuevas tecnologías «no se ganan perras que hay mucho pirata».