Un perro finge durante años ser el mejor amigo de su dueño por lástima
Colmo, un braco húngaro de ojos verdes y dotes de actor de serie B ha tocado fondo. Son muchos años fingiendo una amistad que no existe y a un amo al que no puede ni ver, de correr una y otra vez a por el palito que le lanza, de aguantar sus sudosas manos acariciándoles, de ver juntos Sálvame diario y partidos amistosos de la selección.
El pobre perro ha perdido las ganas de ladrar, ya no mueve el rabo y le han salido un montón de canas alrededor del hocico de tanta tensión acumulada durante años haciéndose pasar por el mejor amigo de un dueño insoportable. Cada vez que intenta escapar tiene que soportar ver las calles llenas de fotos suyas vulnerando su intimidad., y asumir que lo descubrirán y lo llevarán de vuelta a su amo.
Colmo no es feliz pero no puede hablar para expresar sus sentimientos. Si pudiera diría: «Estoy hasta el colmo. Me da vergüenza salir con él de paseo. Yo no decidí vivir con semejante personaje. Prefiero volver a la perrera».