San Roque mata a Ramón Ramírez por cortarle el rabo a su perro
Era un secreto a voces y en el pueblo no se hablaba de otra cosa, al final tenía que acabar pasando. Habían sido muchos años de soportar una y otra vez como la gente le recordaba a San Roque que su perro no tenía rabo porque Ramón Ramírez se lo había cortado. La afrenta había sido grave, y el continuo bla bla de la gente del pueblo estaba martirizando, no había esquina donde no escuchara la maldita frase.
A fin de cuentas solo era un rabo pero, ¿por qué había tenido que cortárselo? Era su perro y de nadie más y si alguien tenía que cortarle el rabo a su perro sería él mismo. Pero no, Ramón Ramírez siempre igual, metiéndose donde no lo llamaban, se merecía un escarmiento.
Así que cogió el cuchillo y se dispuso a ir a por él a su casa, llamó a su puerta y en cuanto abrió y lo reconoció le asestó 15 puñadalas. «¡Toma Ramón, para que vayas cortando rabos de perro por ahí sin permiso de su dueño!» gritaba mientras lo apuñalaba y lo dejaba sin vida.
Cuando la policía acudió al lugar del crimen ya era tarde, y el cuerpo yacía sin vida. Al preguntarle a San Roque por qué lo había hecho éste no podía hablar, así que un vecino del pueblo contestó al policía «Es que el perro de San Roque no tiene rabo, porque Ramón Ramírez se lo ha cortado»