En las próximas horas llegará un avión desde China, con destino Madrid, transportando 50.000 cacerolas que han sido adquiridas por la Comunidad de Madrid, a un precio muy competitivo, según fuentes oficiales.
«Las caceroladas están provocando un deterioro y un descenso total de cacerolas activas en Madrid a pasos agigantados. Pero claro, eso al Gobierno no le interesa, no hace nada para remediarlo, y tenemos que ser las comunidades las que tengamos que cubrir ese déficit de material de cocina», eran las declaraciones de Díaz Ayuso.
«Los madrileños necesitan salir a protestar ante esta dictadura, y también necesita hacer pucheros y lentejas, y no tiene por qué tener que elegir entre una cosa y otra, como les está obligando el Gobierno no atendiendo a sus necesidades básicas. Todos los días recibo madrileños con sus cacerolas rotas, pidiendo ayuda desesperados, y yo no podía seguir dando la espalda a este problema».
Las cacerolas se repartirán en función de la renta de cada madrileño, en sentido inverso. «Quien más tenga más cacerolas le daremos, los pobres no le van a dar uso, ni para comer porque no tienen, ni para protestar, porque gobiernan los suyos».
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